Vecinas, vecinos y referentes barriales confluyeron en la sede de “Corazones Unidos” para pintar, limpiar y poner en valor el espacio, en una acción solidaria impulsada por el Gobierno de la Comunidad que reforzó la pertenencia barrial.
A las diez de la mañana, termos de mate y brochas en mano, familias y amistades coparon la esquina de Bustos 1802 decididas a cambiarle la cara a la institución “Corazones Unidos”. Bajo la bandera de la Jornada de la Comunidad, cuadrillas espontáneas limpiaron salones, lijaron muros y desplegaron una paleta de colores que devolvió vida a cada rincón.
El municipio acercó herramientas, pinturas y logística, pero las y los organizadores insistieron en que la fuerza real provino de la energía colectiva. “Cuando cada vecino aporta su tiempo, el barrio crece en sentido de pertenencia”, remarcaron desde la coordinación, recordando experiencias en otros barrios del distrito como Albertina, Lamadrid y Santa Catalina.
Mientras se secaban las paredes recién pintadas, voluntarias y voluntarios recogieron residuos, ordenaron mobiliario y sumaron plantines que dieron frescura al patio. Entre pinceladas y charlas, se forjó un clima festivo que extendió lazos comunitarios más allá de la jornada.
Al caer la tarde, Santa Marta exhibió su sede remozada y el compromiso renovado de quienes la sostienen. Con esta intervención, el programa del Gobierno de la Comunidad dio otro paso en su objetivo de recuperar instituciones, plazas y clubes, demostrando que la solidaridad organizada es la mejor herramienta para transformar la vida cotidiana.
